Así te quiero, sumiso a mis pies, te torturaré con ello, y que sufras al contemplar mis zapatillas, pues el mismo trato te daré. Si quieres, te sirvo una caña dorada en una zapatilla, pero que sepas que la segunda va directamente a tu boca. Vuélvete zapatilla, sufre más que ella. Lamerás mis plantas desesperado, […]